Había avisado.El domingo era día de bata,pantuflas y la tele,por un día, era mía.Mi intención era disfrutar de un plácido domingo de carreras y lírica dirigido por los maestros Zubin Mehta y Gustavo Dudamel.
Me levanté tarde pues sabía que la velada sería larga.Me senté a disfrutar el libreto operístico ya empezado con los clásicos de Mozart «La flauta mágica»,»Don Giovanni» y las «Bodas de Fígaro»bajo la batuta del primero.Irrumpió el segundo ,más joven y aquello se convirtió en un rock de lo más sinfónico a base de descargas eléctricas de AC DC con «Thunderstruck»,gritando a todos «Jump» por Van Halen e intentando,por la gloria de Angus Young convertir el camino a su veterano compañero en una «Autopista al Infierno».
Aquello se convirtió en una batalla de batutas, arriba, abajo,de revés (uy perdón)…
Creyó el joven estar cerca de llegar a «Paradise City» cuando ,sin desearlo ,cantó la Traviata por Verdi (esa bola que tocó la red y salió) entrando en un «Black Hole Sun» a pesar de usar su temible técnica de «Spin the Yellow Circle» . Aquello se convirtió ,por culpa de Fortuna en Carmina Burana, en un Nessun Dorma de Puccini terminando ese Turandot de nivel cósmico.
Solo puedo decir que en mi casa durante esa velada no oí gritos ni vi objetos voladores arrojados por mis descendientes por lo que a la admiración debo unir mi gratitud.
Gracias Roger
Gracias Rafa
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